¿Que son los OVNIS?

lunes, 31 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Las explicaciones que se han dado al fenómeno ovni son muy diversas; desde los que niegan la existencia real de los objetos avistados, pasando por los que proponen que son artefactos propios de la tierra hasta los que sugieren que son naves de otros planetas o galaxias.

Científicos de las más diversas ramas y organismos gubernamentales de diferentes países han elaborado muchas teorías acerca de la causa de fenómenos extraños que se observan en el cielo. Cualquier versión que busquemos no será más que una simplificación de la realidad. Como dijo el biólogo británico J.B.S. Haldame: «El universo no es sólo más extraño de lo que imaginamos, sino mucho más extraño de lo que podemos imaginar».



Cuerpos Astronómicos Erróneamente Interpretados

En 1959, un grupo de misioneros e indígenas observarón un objeto luminoso en Papúa (Nueva Guinéa).

Especialmente en los crepúsculos y amaneceres, el sol puede ser fácilmente confundido con un objeto no convencional. También la luna, en determinadas fases puede llevar a un error semejante.

Con una atmósfera límpida, muchos planetas pueden ser tomados equivocadamente por «luces en el cielo». A veces se han denunciado ovnis que luego resultaron ser el lucero de la mañana, Venus en el oscurecer o Júpiter a ras del horizonte. La aproximación excepcional de estos dos últimos planetas en febrero de 1975, provocó un buen número de presuntas observaciones ovni.

Algunos meteoros de gran tamaño parecen desplazarse lentamente (en particular aquellos que lo hacen en el sentido de rotación de la tierra), dejando una huella brillante que puede persistir hasta varios minutos. Los bólidos, meteoritos, estrellas fugaces, novas y supernovas, como postula el físico Joseph Kaplan, pueden ser tomados equivocadamente por naves que vienen de otros mundos.



Extraños Fenómenos Atmosféricos

Algunos ovnis recogidos en fotografías son el resultado del movimiento de la cámara.

Muchos científicos aseguran que estos acontecimientos podrían ser causados por fenómenos atmosféricos: peculiares formaciones nubosas, perturbaciones eólicas, reflexión lumínica de la luz solar, refracción atmosférica, espejismos ópticos. Cuando en las noches del 20 y 21 de julio de 1952 se avistaron extraños discos sobre el Capitolio de Washington, la explicación oficial fue que, al haber capas calientes de aire por encima de las frías, se producía una distorsión óptica. También estas anomalías, según los meteorólogos, pueden dar lugar a una distorsión de las ondas de radar provocando ecos fantasmas en las pantallas.

Otras hipótesis se apoyan en los fuegos fatuos: en los charcos y marismas, la descomposición orgánica libera metano. Cuando este gas entra en ignición por combustión espontánea o caída de rayos, por ejemplo, se producen globos luminosos que flotan sobre el agua estancada. El mismo efecto se produce con el vapor de amoníaco.

Los terremotos podrían también ser los causantes de efectos luminosos extraños: en numerosas ocasiones se han observado fosforescencias a masas incandescentes ante el desencadenamiento de un terremoto; esto indica que los temblores de tierra disparan ciertas reacciones electromagnéticas con un componente luminoso en la atmósfera.

Según Oscar Galíndez, el rayo redondo presenta una apariencia similar al fenómeno ovni. Estas bolas de fuego son masas esféricas de aire ionizado que se originan en las tormentas y después se desplazan, aparentemente al azar. Avanzan, se detienen un momento y zigzaguean para desaparecer finalmente con un estampido o silenciosamente. Su constitución es mal conocida y exhiben tonalidades rojas, azules y violáceas. Phillip Klass los asimila a una forma específica de plasma natural. Al parecer están dotados de electricidad estática y su duración es transitoria. Suelen observarse casi siempre a baja altura y adoptar formas elipsoidales y cilíndricas de fuerte luminosidad. Lo más interesante es que, según Vincent Gaddis se conocen muchos casos de diminutas bolas de fuego que han penetrado en viviendas habitadas manifestando a todas luces un «comportamiento inteligente».

Hay un fenómeno electromagnético llamado «corona» que en ocasiones se advierte desplazándose a lo largo de cables de alta tensión en forma de fuerte luminosidad semejante a una esfera, disco o anillo. A baja altura adoptaría a veces la forma de un rayo globular y esto explicaría por qué aparecen OVNIS tan frecuentemente en proximidad con los tendidos eléctricos de alto voltaje.

Según Klass, los automóviles y peatones portadores de cargas eléctricas atraen los plasmas. Estos serían capaces de ionizar el aire aprisionado bajo el capot de un vehículo y provocar un colapso de sus circuitos eléctricos (típico efecto de la casuística ufológica). El físico Noel W.Scott ha producido en laboratorios pequeñas lentillas rojo-anaranjadas de vapor ionizado con aspecto de platillos resplandecientes, al introducir vapor en un vacío parcial.

Michael A. Persinger y Gyslasine F. Lafreniere han encontrado una correlación positiva entre fenómenos anómalos, fallas geológicas y llamaradas solares, tras el estudio de 1.242 casos ufológicos y 4.818 sucesos insólitos de todo tipo. Estos investigadores de la Universidad Laurentian de Sudbury (Ontario) sostienen que tanto la eyección explosiva de material ardiente en la superficie del sol, como los movimientos sísmicos, pueden generar campos energéticos localizados, que en ciertas circunstancias crean plasmoides luminosos a incluso interfieren en el funcionamiento normal del cerebro humano, provocando alucinaciones «ufológicas». Algunos de tales plasmas solares, son detectables por el radar.


Alucinaciones Colectivas

En agosto de 1961, dos científicos de Los Alamos, (Nuevo Méjico), fotografiaron esta extraña ristra de luces.

Dice Federico R. Kirbus que los platillos volantes constituyen un fenómeno psicológico generado por rumores visionarios en virtud de un proceso bien conocido de contagio social. Suelen aparecer en oleadas, a intervalos breves, sobre determinadas regiones. El hecho de que una persona identifique públicamente algún objeto aéreo, real o inexistente, como un platillo volante, hace que otros individuos pretendan igualmente que también han visto un ovni. Según Bourret, esto se produce por lo que se llama «autocatálisis» y «retroacción positiva». Cuando la prensa habla de ovnis, otros observadores miran al cielo y creen ver objetos artificiales, lo que provoca a su vez más artículos en los periódicos, y así se van extendiendo las noticias hasta que los periodistas se cansan; entonces la agitación desaparece por sí misma. El Doctor Galíndez opina que hay en estos fenómenos épocas de calma que son sucedidas por otras de obsesión popular. Las oleadas vienen después de la difusión desmedida de sucesos ovnilógicos sensacionales y publicitados en exceso. También -según él- tiene mucho que ver el «efecto multitud», es decir, la amplificación de percepciones distorsionadas por el simple hecho de que haya muchos individuos juntos. Este efecto puede arrastrar a las alucinaciones en masa: psicosis generadoras de mitos, un estado de histeria colectiva y obsesión social que suscita confusiones en la imaginación popular habiendo sido motivadas por vanas apariencias.

Otro factor influyente es la adoración moderna de los platillos volantes, agoreros de la salvación de la humanidad y de la verdad oculta. Vemos a nuestro alrededor un número importante de grupúsculos psudoreligiosos y «ocultistas» que crecen como la espuma, con ideas delirantes acerca de los Hermanos del Espacio. Estos, supuestamente atraídos desde Marte, Venus o Saturno, nos salvarían de los peligros de un desequilibrio de la alta atmósfera que se produciría por el estallido de las bombas nucleares.

El inquietante fenómeno del virus epidémico alienígena prendido al cuerpo social, ha sido brillantemente estudiado por Jacques Vallée en su libro «Mensajeros de la Decepción». En él demuestra cómo una baraúnda de neosectas espiritualistas transplutonianas le están lavando, con notable éxito, el cerebro al mundo, consiguiendo rápidamente que el público baje su guardia y acepte indiscriminadamente estas seductoras ideas.

Nuevos Cristos vienen a ayudarnos en naves del espacio. Lo oculto, lo esotérico y, claro está, lo extraterrestre, está de moda; en la segunda mitad del siglo han arraigado profundamente en el acervo de la mitología popular. Esto a su vez promueve el contagio y se forma la «bola de nieve extraplanetaria».


Vehículos Convencionales

En 1948, el teniente de aviación George Gorman vió objetos luminosos sobre el aeropuerto Héctor de Fargo (EE.UU.).

Muchas veces se han visto una serie de luces viajando al unísono; este fenómeno que se ha tomado por una máquina voladora, podría ser un aprovisionamiento de combustible de dos aviones en vuelo.

Según J.Gordon Vaeth y Urner Liddel, hay en la atmósfera muchos artefactos científicos y meteorológicos que pueden ser tomados por naves espaciales (globos-testigo, sondas especiales de alta costa, blancos para radar). Los cohetes meteorológicos, por ejemplo, dejan escapar nubes de sodio que al ser iluminadas en la alta atmósfera por los rayos solares producen extraños efectos luminosos.

Los aparatos de investigación espacial producen un halo luminoso al entrar en la atmósfera. Satélites espaciales particularmente brillantes cambian su luminosidad periódicamente al rotar sobre sí mismos. La basura espacial (restos de vehículos aéreos, residuos abandonados en el espacio por sondas y astronautas), en circunstancias especiales puede ser vista desde La Tierra. Según Philip J.Klass, hay muchos subproductos erráticos de origen industrial flotando en nuestra atmósfera, como nubes de escoria, polvaredas de carbón y espuma de detergentes.



Discoteca Flotante En El Cielo

Visión artística y fantástica de un objeto volante no identificado.

Los entomólogos P.S.Callahan y RA.Mankin, de los Estados Unidos, explican que el exoesqueleto de los insectos o mariposas es un excelente dieléctrico, alrededor de un electrolito (los fluidos biológicos del organismo animal). En contacto con un campo eléctrico como el producido por una tormenta, por ejemplo, emite brillantes luces y colores por los extremos de sus antenas y patas. Un aluvión de este tipo de insectos, produciría un interesante fenómeno visual. Para Norton T.Novitt el fenómeno ovni podría estar originado por las hormigas voladoras. Según este científico, estos insectos se reúnen periódicamente en masas de hasta 37 millones de individuos, ejecutando un rito nupcial. Si una de estas gigantescas colonias se topara con una carga de electricidad estática -nos dice- puede originar una materia luminosa que recuerde un ovni.



Errores De Percepción

El matrimonio Barney aseguró haber sido secuestrado por un ovni durante dos horas.

Edgar F. Mauer opina que muchos fenómenos son atribuibles a algunos estados patológicos de la vista: las células diferenciadas en el humor vítreo pueden proyectar sombras en la retina, siendo éstas percibidas como puntos en movimiento y la presión del viento sobre los ojos puede provocar también la visión de pseudo luces.

Hay una larga lista de afecciones psicopatológicas que dan origen a estados alucinatorios. En estos casos el sujeto ve efectivamente «algo» que no tiene existencia material comprobada. Según Pierre Delval pueden producirse visiones de imágenes luminosas que, inconscientemente o no, son animadas por el protagonista en función de su propio mundo interior.

También el cerebro -según Alain Gadmer- es capaz de fabricar ciertas observaciones en función de meras analogías; la información percibida es tratada de acuerdo a elementos anteriormente memorizados.

Los elementos más cotidianos y corrientes, también pueden interpretarse de una manera totalmente fantástica cuando el sujeto está bajo la influencia de ciertas drogas o del alcohol y son muchos los que opinan que esta es la circunstancia presente en los fenómenos ovni.



Mixtificaciones, Fraudes y Fabulaciones

El brasileño Antonio Villas-Boas fue abducido por un ovni y seducido por una alienígena hembra.

Se llama «efecto excitación» a aquél por el cual el testigo o informador, al hacer un reporte de los hechos, selecciona como más prominentes aquellos datos menos exactos y seguros, no refiriéndose en cambio a las cuestiones más fiables.

El «efecto reportaje» es la selección de detalles llamativos y espectaculares con los oportunos añadidos y exageraciones al relatar lo ocurrido ante el público o los medios de comunicación.

A mucha gente le fascina la fama, la notoriedad, verse en letras de imprenta; para tener acceso a ello no dudan en falsificar deliberadamente los hechos, inventando una colorista historia de ovnis. Según Donald I.Warren, muchos de ellos son unos pobres diablos fracasados que lo hacen con el fin de sobresalir y compensar sus frustraciones y falta de éxito en la vida. Por lo general, son testigos de escasa relevancia socioprofesional.

Isaac Asimov, dice: «Más importante que lo que vemos en el cielo es cómo lo interpretamos. Aquellos que desean creer que las tripulaciones de las naves del espacio son guardianes benevolentes de nuestro bienestar, son personas inseguras que, de este modo, se agarran desesperadamente a unas fantasías que les proporcionan la ansiada seguridad».

Por último, hay una interpretación crítica, escéptica a ultranza y maximalista en el sentido de que todo lo relacionado con ovnis son falacias, un mero epifenómeno sociológico sin realidad física basado en denuncias de individuos mitomaníacos.



Artefactos Aéreos De Tecnología De Vanguardia

Un supuesto ovni fue golpeado y roto cerca de Aztec, en el estado de Nuevo Méjico, según relató el escritor Frank Scully.

Una explicación que no es aceptada por los medios oficiales sugiere que los ovnis son discos fabricados en los Estados Unidos. En Washington -según esta teoría- se habrían concedido varias patentes de invención y el Pentágono tendría en curso más de un proyecto de desarrollo y producción de platillos volantes. El ingeniero canadiense A.V.Roe, presidente de la compañía Avro de Otawa, ha diseñado varios modelos de aviones-platillo, tal vez por encargo de la Fuerza Aérea del poderoso país vecino. Un prototipo especial se sabe que fue concebido por Otis T.Carr, discípulo de Nicola Tesla.

Según el Doctor James E. McDonald, no sería nada rara la existencia de platillos experimentales, promocionados por las fuerzas armadas rusa y americana, por millonarios excéntricos o por sociedades secretas.

Recordemos que ya en 1897 las misteriosas aeronaves que invadieron el espacio aéreo estadounidense tomaban tierra frecuentemente y sus tripulantes declaraban que se trataba de vehículos eléctricos en fase de prueba. Noventa y cuatro años después, seguimos sin tener noticias de tan revolucionarios artefactos como tampoco las tenemos de las hipotéticas armas que las superpotencias fabrican.



Inventos Bélicos De La Alemania Nazi

Eric A.Aggen, R.Lusar, Olaf Meyer Freyhold y Renato Vasco plantean que los objetos no identificados pudieran ser muy bien armas secretas fabricadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Se sabe que científicos como Miethe, Habermohl, Bellonzo, Klein, Munch y otros trabajaron en Peenemunde y otros centros poniendo a punto los cohetes V-1, V-2. Estos técnicos del Tercer Reich, habrían continuado sus investigaciones en la URSS.

Andreas Faber-Kaiser ha publicado incluso los dibujos de unas «peonzas voladoras» alemanas diseñadas por Schriever que son auténticos platillos típicos de finales de los cuarenta y que se pueden encontrar en un libro del mayor Rudolf Lusar.



Exobiología Del Espacio

La visión de una formación de platillos volantes en junio de 1947, por el piloto Kenneth Arnold, desencadenó la fiebre del ovni.

Para el naturalista americano Ivan T.Sanderson, los ovnis pudieran ser formas zooespaciales, pues su conducta recuerda mucho a la de los animales. Las naves nodriza, para él, podrían desempeñar una función similar a la de las gallinas que empollan sus crías. Se ha observado que los ovnis viajan en manadas y se manifiestan como en oleadas migratorias. Hay millares de especies, con una apabullante variedad de formas y tamaños. Según Otto Binder, los ojos múltiples que estas criaturas exhiben son tomados habitualmente por ventanas o portezuelas.

Estas máquinas animales, indígenas del espacio, tal vez se alimenten de energía pura o directamente de rayos solares (al igual que las plantas lo hacen indirectamente a través de la fotosíntesis).

Para Trevor J.Constable y Erich Aggem, esas criaturas invisibles ameboides, originadas en el espacio y que poseen luz propia, recuerdan a los moluscos del océano. Aparentan ser metálicas, maniobran inteligentemente y tienen su hábitat natural en los dominios inobservables que rodean o interpenetran nuestro planeta. Estaríamos, en suma, ante formas de vida desconocidas, terrestres o extraterrestres.

La condesa Zoe Wassilko-Serecki dice que son especies hasta ahora no observadas de vida animal, pero autóctonas, de la ionosfera terrestre. Poseen estructuras huecas, con un mínimo de materia densa cargada de electricidad. Quizás sean el eslabón perdido entre la vida orgánica y la inorgánica y por eso dan la impresión de ser máquinas.

Otra interesante explicación la dan Ray Palmer y Otto Binder: en la «ionosfera radiante» donde se extiende el Cinturón Van Allen (de 2.000 a 65.000 kilómetros de altura), habita una civilización de seres inteligentes, invisibles a los ojos terrestres excepto bajo ciertas condiciones especiales. Estas criaturas radiantes se acercan esporádicamente a la superficie de la Tierra y, a la altura de la ionosfera, se hacen visibles debido a interacciones electromagnéticas como las tormentas del espacio o los huracanes solares. Tales entidades «radioactivas han creado una cultura tan vasta y diversificada como la nuestra, pero adaptada al «vacío» del espacio.

También se ha especulado con el «Sistema X», una máquina colosal que, según Aime Michel podría sobrevolar el mundo. Un colosal robot en órbita o sobre un planeta deshabitado del sistema solar que estaría manipulando no sólo a los ovnis sino a la humanidad entera.

Para C.Maxwell Cade y Oscar Galíndez, «no estamos tratando con seres personales ordinarios, sino más bien con inteligencias mecánicas, organismos abiológicos de conducta programable, una especie de androides originarios o derivados que actúan como cyborgs autónomos o telecomandados».

Es similar a la hipótesis de Galíndez la de Jean Luc Proust que propone que los ovnis serían entes que, tras un largo proceso evolutivo, se han convertido en supermáquinas vivientes, más rápidas, seguras y resistentes que el hombre. La nueva especie robotizada conservaría, no obstante, las trazas de su origen humano y sus órganos de comunicación con el hombre durante mucho tiempo, de la misma manera que los humanos contamos todavía con ciertos componentes anatómicos que ya nos resultan inútiles.


Viajeros Del Tiempo O De Otras Dimensiones

Uno de los casos más frecuentes de avistamientos ovni se refiere a grandes naves luminosas en forma de puro y con claraboyas iluminadas.

William E. Murphy opina que los platillos volantes serían el producto visible de la intersección o cortocircuito entre universos paralelos; en otras palabras, proyecciones inter-universos, «sombras» de los recintos extraterrestres de n dimensiones (para n mayor que 4), en nuestro medio 4-D que consiste en longitud, anchura, profundidad y movimiento en el tiempo.

También podrían ser máquinas del tiempo, suponiendo que éste representase a la cuarta dimensión. Sus ocupantes tal vez hayan aprendido la tecnología del transcurso cronológico y sean capaces de manipular a volutad y en cualquier dirección el flujo de los acontecimientos.

Para Luis Schöenherr, si la cuarta dimensión es formalmente idéntica al tiempo y éste no es, en esencia, diferente del espacio, lo realmente significativo será el conjunto del continuum Espacio-Tiempo. Por lo tanto, un movimiento en el tiempo es tan factible como en el espacio y así los ovnis podrían ser muy bien «dispositivos temporales» y originarse en el porvenir, como intuyó H.G.Wells. Las naves del espacio son para John M.Prytz manifestaciones de un Universo de antimateria o Universo paralelo. Cuando el cosmos fue creado, pudo formarse igual cantidad de materia que de antimateria, o bien cabe que las galaxias de antimateria estén mezcladas con las compuestas por la materia ordinaria. También es probable que existan masas comparables de ambas, en orden a mantener la simetría de la naturaleza, y cada una de ellas conforme a universos diferenciados a independientes.

Extraído de: www.mundoparanormal.com
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Fenómenos paranormales

sábado, 29 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[
Esoterismo, brujería, la ouija, ciencias ocultas y multitud de otros fenómenos paranormales tienen su reflejo en Internet.
Hay fenómenos inexplicables, misteriosos, extraños... Historias enigmáticas y curiosas que tienen una complicada explicación. Acontecimientos que se ocultan y , a veces, son silenciados pero que en la Red no pueden mantener este silencio ni ningún tipo de censura.

Si alguien tiene información sobre algún caso ocurrido, no dude en acérmelo llegar al correo jmda12@gmail.com, que con gusto o postearé bajo el nombre o seudónimo(como guste) del emisor del correo.
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Círculos en los trigales

viernes, 28 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Algunos de los círculos en los campos de trigo son obras de bromistas, eso quedó claro cuando dos de ellos lo confesaron. Pero, ¿es posible que la broma se haya extendido por lugares tan lejos de Inglaterra -su lugar de origen- como Canadá o Argentina? Sí, pues en estos países las formas de los "círculos" no son iguales a las inglesas, y evidencian la interventora mano humana, aunque no tan artística como la del Reino Unido.

Algunos de los círculos en los campos de trigo son obras de bromistas, eso quedó claro cuando dos de ellos lo confesaron. Pero, ¿es posible que la broma se haya extendido por lugares tan lejos de Inglaterra -su lugar de origen- como Canadá o Argentina? Sí, pues en estos países las formas de los "círculos" no son iguales a las inglesas, y evidencian la interventora mano humana, aunque no tan artística como la del Reino Unido.


Simulación de la creación de un pictograma por un OVNI.

Algunos de los círculos en los campos de trigo son obras de bromistas, eso quedó claro cuando dos de ellos lo confesaron. Pero, ¿es posible que la broma se haya extendido por lugares tan lejos de Inglaterra -su lugar de origen- como Canadá o Argentina? Sí, pues en estos países las formas de los "círculos" no son iguales a las inglesas, y evidencian la interventora mano humana, aunque no tan artística como la del Reino Unido.

Por estos lados, las supuestas "huellas de naves et" han sido desenmascaradas como fraudes burdamente elaborados: quemando pastizales, por ejemplo (juro que no me refiero a la Capilla del Monte, lo juro).

Si nos preguntamos cuántos dibujos existen, algunos autores nos responden que más de dos mil pictogramas, los que han sido hallados desde 1978 a la fecha. La mayoría de ellos, como ya se dijo, en Inglaterra.

Como todo dentro de la mitología ufológica, no se encontró respuesta más "lógica" a estas figuras que la de "mensajes extraterrestres". No, no podían ser obra del ser humano, tenían que haber venido los alienígenas a darnos alguna información, que de tan retrasados que somos no hemos podido descifrar.

A tanto ha llegado esta fiebre por los "crop circles", que el "ufólogo" Jaime Maussán ha difundido uno de sus "miles y miles de videos", donde aparecen unas luces "creando" unos círculos. Con ese elaborado fraude computacional, ha pretendido engañarnos.

En el libro (nótese el título, por favor) "Estigmas ET: círculos, óvalos y signos" de Rogelio Correa, y editado por Mina, se hace alusión a una serie de efectos que evidenciarían el origen "ET" de las formaciones. Veamos algunos de estos efectos:

a) "Las personas perciben sonidos de mediana frecuencia si acercan los oídos a la superficie donde fue plasmada la huella. Estos como silbidos han podido ser grabados y analizados".

Curiosamente, en el libro no se explican los resultados de tales análisis... ¿Será que no existen?

b) "Dentro de las huellas se han presentado diferentes tipos de sustancias gelatinosas, algunas de ellas, dicen, de constitución inexistente en nuestro planeta".

Repito la misma pregunta anterior: pruebas, queremos pruebas y no afirmaciones sin bases. Es espantosamente común que los "ufólatras" nos aseguren tener sustancias desconocidas en nuestro planeta, pero jamás las dejan en manos de científicos, porque se pierden o algo así de turbio. Y cuando llegan a manos expertas, resulta que las "sustancias desconocidas" son absolutamente comunes...

c) "Se reportan objetos nada comunes materializarse y desmaterializarse en esos lugares".

¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Quién los vio? ¿Dónde están las pruebas? "es que desaparecieron"... ¡Ah, de veras que se desmaterializan... ¡Así cualquiera!

d) "Algunos investigadores aseguran haber tenido "tiempos perdidos", es decir, no recuerdan nada durante sus estancia en los pictogramas".

Obviamente ese tipo de afirmaciones son demasiado subjetivas. Y seguro que la hacen quienes necesitan pruebas (y no las tienen) del origen desconocido de estos dibujos.

Extraído de: www.mundoparanormal.com
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¿Está hueca la tierra?

jueves, 27 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Durante muchos años se creyó que la Tierra era hueca, pero hasta 1968 no hubo ninguna prueba de ello. Ese año, unas fotos tomadas por un satélite mostraban claramente un agujero enorme en el Polo Norte.
A principios de 1970, la Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA), perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, proporcionó a la prensa unas fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba el Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, que mostraba la misma zona sin nubes, revelaba un inmenso agujero donde hubiera debido estar el Polo. El ESSA estaba lejos de sospechar que sus fotos rutinarias de reconocimiento atmosférico iban a contribuir a despertar una de las controversias más sensacionales y célebres de la historia de los OVNIS.
Durante mucho tiempo, Ray Palmer y otros ufólogos habían creído que la Tierra es hueca, y que los OVNIS provienen y retornan a una civilización de seres superiores que está oculta en su interior inexplorado. En 1970, gracias al apoyo de una fotografía en que aparecía el enorme agujero del Polo Norte, Palmer pudo por fin asegurar que la super-raza subterránea existía y probablemente se podía llegar hasta ella a través de los agujeros de los polos Norte y Sur.
En los números siguientes de Flying Saucers apoyó su teoría resucitando otra antigua controversia sobre la «Tierra hueca»: la de las famosas expediciones del vicealmirante Richard E. Byrd a los polos Norte y Sur.
"El vicealmirante Richard E. Byrd de la US Navy fue un distinguido aviador pionero y explorador polar que sobrevoló el Polo Norte el 9 de mayo de 1926 y dirigió numerosas expediciones a la Antártida, incluyendo un vuelo sobre el Polo Sur el 29 de noviembre de 1929. Entre 1946 y 1947, llevó a cabo la operación a gran escala llamada «High Jump» (Salto Alto), durante la cual descubrió y cartografió 1.390.000 km² de territorio antártico.
Las famosas expediciones de Byrd entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios artículos y libros especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de los Polos), de Amadeo Giannini pretendieron que Byrd había en realidad volado no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto. Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, antes de un supuesto viaje de 2.750 km a través del Polo Norte: «Me gustaría ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma.» Giannini y Palmer decían también que, durante su supuesto vuelo sobre el Polo Norte en 1947, el vicealmirante Byrd comunicó por radio que veía debajo de él, no nieve, sino áreas de tierra con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos y, entre la maleza, un extraño animal que parecía un mamut. También, siempre según Giannini y Palmer, en enero de 1956, después de dirigir otra expedición a la Antártida, el vicealmirante Byrd había manifestado que su expedición había explorado 3.700 km más allá del Polo Sur y, además, justo antes de su muerte, Byrd había dicho de la tierra más allá del Polo que era «un continente encantado en el cielo, tierra de misterio permanente». Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad del Arco Iris, cuna de una fabulosa civilización perdida.
Dado que, por razones geográficas, es imposible volar 2.750 km más allá del Polo Norte o 3.700 km más allá del Polo Sur sin ver agua, es lógico pensar que el vicealmirante Byrd debe haber volado hacia dentro de las enormes cavidades convexas de los polos, dentro del Gran Enigma del interior de la Tierra y que, si hubiera seguido adelante, habría llegado a la base secreta de los OVNIS que pertenecen a la super-raza oculta, quizás la legendaria Ciudad del Arco Iris que Byrd habría visto reflejada en el cielo.
La posibilidad de que la Tierra sea hueca, de que se pueda entrar en ella a través de los polos Norte y Sur, y de que civilizaciones secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones desde tiempo inmemorial. Así, el héroe babilonio Gilgamesh visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata de rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles secretos ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el rey del mundo.
El mundo científico no fue inmune a esta teoría: Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII, dedujo que la Tierra era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en el siglo XVIII, también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes de las cuales eran Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe (1833), en la cual el héroe y su compañero tienen un terrorífico encuentro con seres del interior de la Tierra; y el Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne (1864), en la cual un profesor aventurero, su sobrino y un guía penetran en el interior de la Tierra a través de un volcán extinguido en Islandia, y encuentran nuevos cielos, mares y reptiles gigantescos y prehistóricos que pululan en los bosques.

Extraído de www.mundoparanormal.com
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El Gato Negro

miércoles, 26 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Mi inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin comentarios, una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de esclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror; pero a muchas personas les parecerán menos terribles que barroques. Tal vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato con terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos.

La docilidad y humanidad de mi carácter sorprendieron desde mi infancia. Tan notable era la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de mis amigos. Sentía una auténtica pasión por los animales, y mis padres me permitieron poseer una gran variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lo pasaba con ellos, y nunca me consideraba tan feliz como cuando los daba de comer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de mi carácter, y cuando fui hombre hice de ella una de mis principales fuentes de goce. Aquellos que han profesado afecto a un perro fiel y sagaz no requieren la explicación de la naturaleza o intensidad de los goces que eso puede producir. En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.

Me casé joven. Tuve la suerte de descubrir en mi mujer una disposición semejante a la mía. Habiéndose dado cuenta de mi gusto por estos favoritos domésticos, no perdió ocasión alguna de proporcionármelos de la especie más agradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, un magnífico perro, conejos, un mono pequeño y un gato.

Era este último animal muy fuerte y bello, completamente negro y de una sagacidad maravillosa. Mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa, hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creencia popular que consideraba a todos los gatos negros como brujas disimuladas. No quiere esto decir que hablara siempre en serio sobre este particular, y lo consigno sencillamente porque lo recuerdo.

Plutón —se llamaba así el gato— era mi predilecto amigo. Sólo yo le daba de comer, y adondequiera que fuese me seguía por la casa. Incluso me costaba trabajo impedirle que me siguiera por la calle.

Nuestra amistad subsistió así algunos años, durante los cuales mi carácter y mi temperamento —me sonroja confesarlo—, por causa del demonio de la intemperancia, sufrió una alteración radicalmente funesta. De día en día me hice más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos. Empleé con mi mujer un lenguaje brutal, y con el tiempo la afligí incluso con violencias personales. Naturalmente, mi pobre favorito debió de notar el cambio de mi carácter. No solamente no les hacía caso alguno, sino que los maltrataba. Sin embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba en mí la consideración suficiente para no pegarle. En cambio, no sentía ningún escrúpulo en maltratar a los conejos, al mono e incluso al perro, cuando, por casualidad o afecto, se cruzaban en mi camino. Pero iba secuestrándome mi mal, porque, ¿qué mal admite una comparación con el alcohol? Andando el tiempo, el mismo Plutón, que envejecía y, naturalmente se hacía un poco huraño, comenzó a conocer los efectos de mi perverso carácter.

Una noche, en ocasión de regresar a casa completamente ebrio, de vuelta de uno de mis frecuentes escondrijos del barrio, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo cogí, pero él, horrorizado por mi violenta actitud, me hizo en la mano, con los dientes, una leve herida. De mí se apoderó repentinamente un furor demoníaco. En aquel instante dejé de conocerme. Pareció como si, de pronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo, y una ruindad superdemoníaca, saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de mi ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, cogí al pobre animal por la garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo... Me cubre el rubor, me abrasa, me estremezco al escribir esta abominable atrocidad.

Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubieron disipado los vapores de mi crápula nocturna, experimenté un sentimiento mitad horror, mitad remordimiento, por el crimen que había cometido. Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y el alma no sufrió sus acometidas. Volví a sumirme en los excesos, y no tardé en ahogar en el vino todo recuerdo de mi acción.

Curó entre tanto el gato lentamente. La órbita del ojo perdido presentaba, es cierto, un aspecto espantoso. Pero después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta de ello. Según su costumbre, iba y venía por la casa; pero, como debí suponerlo, en cuanto veía que me aproximaba a él, huía aterrorizado. Me quedaba aún lo bastante de mi antiguo corazón para que me afligiera aquella manifiesta antipatía en una criatura que tanto me había amado anteriormente. Pero este sentimiento no tardó en ser desalojado por la irritación. Como para mi caída final e irrevocable, brotó entonces el espíritu de perversidad, espíritu del que la filosofía no se cuida ni poco ni mucho.

No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esas indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter del hombre... ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla? ¿No tenemos una constante inclinación, pese a lo excelente de nuestro juicio, a violar lo que es la ley, simplemente porque comprendemos que es la Ley?.

Digo que este espíritu de perversidad hubo de producir mi ruina completa. El vivo e insondable deseo del alma de atormentarse a sí misma, de violentar su propia naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me impulsaba a continuar y últimamente a llevar a efecto el suplicio que había infligido al inofensivo animal. Una mañana, a sangre fría, ceñí un nudo corredizo en torno a su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él. Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía un pecado, un pecado mortal que comprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fuera posible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible y misericordioso Dios.

En la noche siguiente al día en que fue cometida una acción tan cruel, me despertó del sueño el grito de: "¡Fuego!" Ardían las cortinas de mi lecho. La casa era una gran hoguera. No sin grandes dificultades, mi mujer, un criado y yo logramos escapar del incendio. La destrucción fue total. Quedé arruinado, y me entregué desde entonces a la desesperación.

No intento establecer relación alguna entre causa y efecto con respecto a la atrocidad y el desastre. Estoy por encima de tal debilidad. Pero me limito a dar cuenta de una cadena de hechos y no quiero omitir el menor eslabón. Visité las ruinas el día siguiente al del incendio. Excepto una, todas las paredes se habían derrumbado. Esta sola excepción la constituía un delgado tabique interior, situado casi en la mitad de la casa, contra el que se apoyaba la cabecera de mi lecho. Allí la fábrica había resistido en gran parte a la acción del fuego, hecho que atribuí a haber sido renovada recientemente. En torno a aquella pared se congregaba la multitud, y numerosas personas examinaban una parte del muro con atención viva y minuciosa. Excitaron mi curiosidad las palabras: "extraño", "singular", y otras expresiones parecidas. Me acerqué y vi, a modo de un bajorrelieve esculpido sobre la blanca superficie, la figura de un gigantesco gato. La imagen estaba copiada con una exactitud realmente maravillosa. Rodeaba el cuello del animal una cuerda.

Apenas hube visto esta aparición —porque yo no podía considerar aquello más que como una aparición—, mi asombro y mi terror fueron extraordinarios. Por fin vino en mi amparo la reflexión. Recordaba que el gato había sido ahorcado en un jardín contiguo a la casa. A los gritos de alarma, el jardín fue invadido inmediatamente por la muchedumbre, y el animal debió de ser descolgado por alguien del árbol y arrojado a mi cuarto por una ventana abierta. Indudablemente se hizo esto con el fin de despertarme. El derrumbamiento de las restantes paredes había comprimido a la víctima de mi crueldad en el yeso recientemente extendido. La cal del muro, en combinación con las llamas y el amoníaco del cadáver, produjo la imagen tal como yo la veía.

Aunque prontamente satisfice así a mi razón, ya que no por completo mi conciencia, no dejó, sin embargo, de grabar en mi imaginación una huella profunda el sorprendente caso que acabo de dar cuenta. Durante algunos meses no pude liberarme del fantasma del gato, y en todo este tiempo nació en mi alma una especie de sentimiento que se parecía, aunque no lo era, al remordimiento. Llegué incluso a lamentar la pérdida del animal y a buscar en torno mío, en los miserables tugurios que a la sazón frecuentaba, otro favorito de la misma especie y de facciones parecidas que pudiera sustituirle.

Hallábame sentado una noche, medio aturdido, en un bodegón infame, cuando atrajo repentinamente mi atención un objeto negro que yacía en lo alto de uno de los inmensos barriles de ginebra o ron que componían el mobiliario más importante de la sala. Hacía ya algunos momentos que miraba a lo alto del tonel, y me sorprendió no haber advertido el objeto colocado encima. Me acerqué a él y lo toqué. Era un gato negro, enorme, tan corpulento como Plutón, al que se parecía en todo menos en un pormenor: Plutón no tenía un solo pelo blanco en todo el cuerpo, pero éste tenía una señal ancha y blanca aunque de forma indefinida, que le cubría casi toda la región del pecho.

Apenas puse en él mi mano, se levantó repentinamente, ronroneando con fuerza, se restregó contra mi mano y pareció contento de mi atención. Era pues, el animal que yo buscaba. Me apresuré a proponer al dueño su adquisición, pero éste no tuvo interés alguno por el animal. Ni le conocía ni le había visto hasta entonces.

Continué acariciándole, y cuando me disponía a regresar a mi casa, el animal se mostró dispuesto a seguirme. Se lo permití, e inclinándome de cuando en cuando, caminamos hacia mi casa acariciándole. Cuando llego a ella se encontró como si fuera la suya, y se convirtió rápidamente en el mejor amigo de mi mujer.

Por mi parte, no tardó en formarse en mí una antipatía hacia él. Era, pues, precisamente, lo contrario de lo que yo había esperado. No sé cómo ni por qué sucedió esto, pero su evidente ternura me enojaba y casi me fatigaba. Paulatinamente, estos sentimientos de disgusto y fastidio acrecentaron hasta convertirse en la amargura del odio. Yo evitaba su presencia. Una especie de vergüenza, y el recuerdo de mi primera crueldad, me impidieron que lo maltratara. Durante algunas semanas me abstuve de pegarle o de tratarle con violencia; pero gradual, insensiblemente, llegué a sentir por él un horror indecible, y a eludir en silencio, como si huyera de la peste, su odiosa presencia.

Sin duda, lo que aumentó mi odio por el animal fue el descubrimiento que hice a la mañana del siguiente día de haberlo llevado a casa. Como Plutón, también él había sido privado de uno de sus ojos. Sin embargo, esta circunstancia contribuyó a hacerle más grato a mi mujer, que, como he dicho ya, poseía grandemente la ternura de sentimientos que fue en otro tiempo mi rasgo característico y el frecuente manantial de mis placeres más sencillos y puros.

Sin embargo, el cariño que el gato me demostraba parecía crecer en razón directa de mi odio hacia él. Con una tenacidad imposible de hacer comprender al lector, seguía constantemente mis pasos. En cuanto me sentaba, acurrucábase bajo mi silla, o saltaba sobre mis rodillas, cubriéndome con sus caricias espantosas. Si me levantaba para andar, metíase entre mis piernas y casi me derribaba, o bien, clavando sus largas y agudas garras en mi ropa, trepaba por ellas hasta mi pecho. En esos instantes, aun cuando hubiera querido matarle de un golpe, me lo impedía en parte el recuerdo de mi primer crimen; pero, sobre todo, me apresuro a confesarlo, el verdadero terror del animal.

Este terror no era positivamente el de un mal físico, y, no obstante, me sería muy difícil definirlo de otro modo. Casi me avergüenza confesarlo. Aun en esta celda de malhechor, casi me avergüenza confesar que el horror y el pánico que me inspiraba el animal habíanse acrecentado a causa de una de las fantasías más perfectas que es posible imaginar. Mi mujer, no pocas veces, había llamado mi atención con respecto al carácter de la mancha blanca de que he hablado y que constituía la única diferencia perceptible entre el animal extraño y aquel que había matado yo. Recordará, sin duda, el lector que esta señal, aunque grande, tuvo primitivamente una forma indefinida. Pero lenta, gradualmente, por fases imperceptibles y que mi razón se esforzó durante largo tiempo en considerar como imaginaria, había concluido adquiriendo una nitidez rigurosa de contornos.

En ese momento era la imagen de un objeto que me hace temblar nombrarlo. Era, sobre todo, lo que me hacía mirarle como a un monstruo de horror y repugnancia, y lo que, si me hubiera atrevido, me hubiese impulsado a librarme de él. Era ahora, digo, la imagen de una cosa abominable y siniestra: la imagen ¡de la horca! ¡Oh lúgubre y terrible máquina, máquina de espanto y crimen, de muerte y agonía!

Yo era entonces, en verdad, un miserable, más allá de la miseria posible de la Humanidad. Una bestia bruta, cuyo hermano fue aniquilado por mí con desprecio, una bestia bruta engendraba en mí en mí, hombre formado a imagen del Altísimo, tan grande e intolerable infortunio. ¡Ay! Ni de día ni de noche conocía yo la paz del descanso. Ni un solo instante, durante el día, dejábame el animal. Y de noche, a cada momento, cuando salía de mis sueños lleno de indefinible angustia, era tan sólo para sentir el aliento tibio de la cosa sobre mi rostro y su enorme peso, encarnación de una pesadilla que yo no podía separar de mí y que parecía eternamente posada en mi corazón.

Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de bueno en mí. Infames pensamientos convirtiéronse en mis íntimos; los más sombríos, los más infames de todos los pensamientos. La tristeza de mi humor de costumbre se acrecentó hasta hacerme aborrecer a todas las cosas y a la Humanidad entera. Mi mujer, sin embargo, no se quejaba nunca ¡Ay! Era mi paño de lágrimas de siempre. La mas paciente víctima de las repentinas, frecuentes e indomables expansiones de una furia a la que ciertamente me abandoné desde entonces.

Para un quehacer doméstico, me acompañó un día al sótano de un viejo edificio en el que nos obligara a vivir nuestra pobreza. Por los agudos peldaños de la escalera me seguía el gato, y, habiéndome hecho tropezar la cabeza, me exasperó hasta la locura. Apoderándome de un hacha y olvidando en mi furor el espanto pueril que había detenido hasta entonces mi mano, dirigí un golpe al animal, que hubiera sido mortal si le hubiera alcanzado como quería. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe. Una rabia más que diabólica me produjo esta intervención. Liberé mi brazo del obstáculo que lo detenía y le hundí a ella el hacha en el cráneo. Mi mujer cayó muerta instantáneamente, sin exhalar siquiera un gemido.

Realizado el horrible asesinato, inmediata y resueltamente procuré esconder el cuerpo. Me di cuenta de que no podía hacerlo desaparecer de la casa, ni de día ni de noche, sin correr el riesgo de que se enteraran los vecinos. Asaltaron mi mente varios proyectos. Pensé por un instante en fragmentar el cadáver y arrojar al suelo los pedazos. Resolví después cavar una fosa en el piso de la cueva. Luego pensé arrojarlo al pozo del jardín. Cambien la idea y decidí embalarlo en un cajón, como una mercancía, en la forma de costumbre, y encargar a un mandadero que se lo llevase de casa. Pero, por último, me detuve ante un proyecto que consideré el mas factible. Me decidí a emparedarlo en el sótano, como se dice que hacían en la Edad Media los monjes con sus víctimas.

La cueva parecía estar construida a propósito para semejante proyecto. Los muros no estaban levantados con el cuidado de costumbre y no hacía mucho tiempo había sido cubierto en toda su extensión por una capa de yeso que no dejó endurecer la humedad.

Por otra parte, había un saliente en uno de los muros, producido por una chimenea artificial o especie de hogar que quedó luego tapado y dispuesto de la misma forma que el resto del sótano. No dudé que me sería fácil quitar los ladrillos de aquel sitio, colocar el cadáver y emparedarlo del mismo modo, de forma que ninguna mirada pudiese descubrir nada sospechoso.

No me engañó mi cálculo. Ayudado por una palanca, separé sin dificultad los ladrillos, y, habiendo luego aplicado cuidadosamente el cuerpo contra la pared interior, lo sostuve en esta postura hasta poder establecer sin gran esfuerzo toda la fábrica a su estado primitivo. Con todas las precauciones imaginables, me preocupé una argamasa de cal y arena, preparé una capa que no podía distinguirse de la primitiva y cubrí escrupulosamente con ella el nuevo tabique.

Cuando terminé, vi que todo había resultado perfecto. La pared no presentaba la más leve señal de arreglo. Con el mayor cuidado barrí el suelo y recogí los escombros, miré triunfalmente en torno mío y me dije: "Por lo menos, aquí, mi trabajo no ha sido infructuoso".

Mi primera idea, entonces, fue buscar al animal que fue causante de tan tremenda desgracia, porque, al fin, había resuelto matarlo. Si en aquel momento hubiera podido encontrarle, nada hubiese evitado su destino. Pero parecía que el artificioso animal, ante la violencia de mi cólera, habíase alarmado y procuraba no presentarse ante mí, desafiando mi mal humor. Imposible describir o imaginar la intensa, la apacible sensación de alivio que trajo a mi corazón la ausencia de la detestable criatura. En toda la noche se presentó, y ésta fue la primera que gocé desde su entrada en la casa, durmiendo tranquila y profundamente. Sí; dormí con el peso de aquel asesinato en mi alma.

Transcurrieron el segundo y el tercer día. Mi verdugo no vino, sin embargo. Como un hombre libre, respiré una vez más. En su terror, el monstruo había abandonado para siempre aquellos lugares. Ya no volvería a verle nunca: Mi dicha era infinita. Me inquietaba muy poco la criminalidad de mi tenebrosa acción. Incoóse una especie de sumario que apuró poco las averiguaciones. También se dispuso un reconocimiento, pero, naturalmente, nada podía descubrirse. Yo daba por asegurada mi felicidad futura.

Al cuarto día después de haberse cometido el asesinato, se presentó inopinadamente en mi casa un grupo de agentes de Policía y procedió de nuevo a una rigurosa investigación del local. Sin embargo, confiado en lo impenetrable del escondite, no experimenté ninguna turbación.

Los agentes quisieron que les acompañase en sus pesquisas. Fue explorado hasta el último rincón. Por tercera o cuarta vez bajaron por último a la cueva. No me altere lo más mínimo. Como el de un hombre que reposa en la inocencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí l sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre mi pecho y me paseé indiferente de un lado a otro. Plenamente satisfecha, la Policía se disponía a abandonar la casa. Era demasiado intenso el júbilo de mi corazón para que pudiera reprimirlo. Sentía la viva necesidad de decir una palabra, una palabra tan sólo a modo de triunfo, y hacer doblemente evidente su convicción con respecto a mi inocencia.

–Señores —dije, por último, cuando los agentes subían la escalera—, es para mí una gran satisfacción habrá desvanecido sus sospechas. Deseo a todos ustedes una buena salud y un poco más de cortesía. Dicho sea de paso, señores, tienen ustedes aquí una casa construida —apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso deseo de decir algo con aire deliberado—. Puedo asegurar que ésta es una casa excelentemente construida. Estos muros... ¿Se van ustedes, señores? Estos muros están construidos con una gran solidez.

Entonces, por una fanfarronada frenética, golpeé con fuerza, con un bastón que tenía en la mano en ese momento, precisamente sobre la pared del tabique tras el cual yacía la esposa de mi corazón.

¡Ah! Que por lo menos Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio. Apenas húbose hundido en el silencio el eco de mis golpes, me respondió una voz desde el fondo de la tumba. Era primero una queja, velada y encontrada como el sollozo de un niño. Después, en seguida, se hinchó en un prolongado, sonoro y continuo, completamente anormal e inhumano. Un alarido, un aullido, mitad horror, mitad triunfo, como solamente puede brotar del infierno, horrible armonía que surgiera al unísono de las gargantas de los condenados en sus torturas y de los demonios que gozaban en la condenación.

Sería una locura expresaros mis sentimientos. Me sentí desfallecer y, tambaleándome, caí contra la pared opuesta. Durante un instante detuviéronse en los escalones los gentes. El terror los había dejado atónitos. Un momento después, doce brazos robustos atacaron la pared, que cayó a tierra de un golpe. El cadáver, muy desfigurado ya y cubierto de sangre coagulada, apareció, rígido, a los ojos de los circundantes.

Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y llameando el único ojo, se posaba el odioso animal cuya astucia me llevó al asesinato y cuya reveladora voz me entregaba al verdugo. Yo había emparedado al monstruo en la tumba.

Extraído de: www.mundoparanormal.com
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Zombies: Más Muertos Que Vivos

martes, 25 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Los muertos pueden recobrar un cierto tipo de vida como «zombies», esclavos sin mente sometidos a magos diabólicos. Esto es lo que creen los habitantes de Haití, isla impregnada de tradición vudú.

«Cerca de ella, los negros dedos de un silencioso huésped agarraban rígidamente el pie de una copa de vino que, ladeándose, estaba derramando su contenido. El horror que la embargaba se desbordó. Cogió una vela, la acercó a la cabeza, que estaba inclinada y caída, y pudo comprobar que el hombre estaba muerto. Estaba sentada a la mesa del banquete en compañía de cuatro cadáveres...»

Así finaliza el relato de un banquete de boda vudú celebrado en los años veinte, tal como se lo contaron al periodista americano William Seabrook sus amigos haitianos. El propósito era convertir a los cadáveres en zombies por arte de magia. Esos zombies eran cuerpos semianimados que llevaban una vida crepuscular como esclavos del brujo que había organizado el banquete. (De hecho, según cuenta Seabrook, el brujo no pudo conseguir su objetivo, por lo que se marchó, desapareciendo con él los cadáveres.)

Sólo hay un país en el mundo occidental donde pueda tener lugar una celebración tan horrible: Haití, cuna del vudú.

¿Acaso los brujos vudúes poseen de verdad el poder de reanimar los cuerpos que acaban de morir? ¿O bien la noción de zombie no responde más que a una autosugestión de los practicantes del vudú?

La palabra zumbi aparece en muchos idiomas africanos. En el Congo significa «fetiche»; en Dahomey se refiere específicamente al dios Python. Al parecer, en el vudú moderno se recurre a una serpiente-diosa para que de vida al zombie según los deseos del brujo, convertido en dueño del cadáver. Los ritos que se practican combinan aspectos de la magia y de la religión africanas, junto con elementos derivados tanto del ocultismo occidental como del catolicismo popular.
Aunque había nacido esclavo, se convirtió en un general rebelde y expulsó de su país a las fuerzas ocupantes francesas, españolas y británicas. Siguieron años de disturbios y pobreza, durante los cuales floreció el vudú, religión de origen africano que satisfizo las necesidades emocionales de la gente de Haití.
El primer gobernate negro de Haití, Toussaint L'Ouverture.

El vudú desempeñó un papel importante en la expulsión de los franceses por parte de los haitianos. En agosto de 1791 Francia seguía zarandeada por la oleada revolucionaria que había comenzado dos años antes. Al principio no pareció que las cosas cambiaran mucho en Santo Domingo, el tercio occidental de la isla caribeña de La Española, la joya más brillante de la corona colonial francesa. Allí, 40.000 franceses controlaban a medio millón de esclavos negros y a 30.000 mulatos y cosechaban algodón, azúcar, café e índigo. El primer efecto de los disturbios en Francia fue mejorar la suerte de los mulatos. Entonces, los haitianos de piel oscura comenzaron a inquietarse, con la ayuda de un misterioso cura-brujo llamado Boukman que había llegado a Santo Domingo procedente de la colonia británica de Jamaica.

El 14 de agosto de 1791 Boukman reunió a los que querían seguirle en un remoto lugar de la selva. Según los relatos de la época, miles de esclavos recorrieron las sendas secretas de la selva hasta el lugar del encuentro, bajo una tremenda tormenta tropical que debió de añadir aún más horror a los actos que siguieron.

Boukman celebró un ritual de sangre, sacrificando un cerdo y pidiendo a todos los que quisieran ser libres que bebiesen la sangre caliente. La ceremonia acabó con una danza salvaje de «borrachera divina», finalizada la cual los participantes desaparecieron de nuevo en la selva. El ritual, en su conjunto, presentaba un estrecho parecido con las actividades de los Mau-mau durante la guerra de la independencia de Kenya en los años cincuenta de este siglo, y el resultado también fue similar. Durante los días siguientes la mayoría de las grandes plantaciones fueron arrasadas, y sus propietarios asesinados. A pesar de que los colonos franceses más valientes permanecieron allí 12 años más, el resultado final de la reunión nocturna fue la derrota completa de los franceses y el establecimiento, bajo el liderazgo del presidente Toussaint L'Ouverture, de la república negra independiente de Haití, patria del vudú. Según las creencias del campesinado de Haití y de parte de la élite educada, también era la patria de los zombies.

El zombie es esclavo de un brujo diabólico, conocido por el nombre de bokor, que es quien extrae de su tumba el cadáver recién enterrado y quien le confiere una sombra de vida mediante ciertos conjuros. Sin embargo, se trata de una existencia incompleta: el zombie come, respira, excreta, oye e incluso habla, pero no recuerda nada de su vida anterior y no comprende nada de su propia condición actual. En otras palabras, un zombie es un robot de carne y hueso, una máquina biológica.
Un traje y un sombreo negros, colocados sobre la cruz de una tumba, representan las prendas funerarias del Barón Samedi, un dios de la muerte vudú.

El campesino de Haití, siempre alerta frente a cualquier aspecto diabólico o peligroso del vudú, es capaz de descubrir a un zombie por varios signos. El zombie suele caminar dando bandazos, realiza las acciones físicas de manera mecánica, tiene una mirada helada y desenfocada, y habla con voz nasal. Esta última característica, en particular, se asocia con la muerte en el folklore de Haití, probablemente debido a la costumbre de taponar las fosas nasales de los cadáveres con algodón. Los guédé (siniestros y lascivos dioses de la muerte del panteón vudú) se caracterizan por hablar de este modo. Cuando un devoto del culto vudú está poseído por un guédé, siempre habla con entonación nasal. Otra relación más entre los zombies y los dioses de la muerte nos la da el hecho de que uno de los más famosos dioses, el Capitán Guédé, a veces también es conocido bajo el hombre de Capitán Zombie.

Casi todos los haitianos temen la posibilidad de que sus parientes fallecidos puedan ser transformados en cadáveres ambulantes. En el Haití actual pueden apreciarse con facilidad varias de las medidas preventivas adoptadas para evitarlo. Así, por ejemplo, hasta los campesinos más humildes se endeudan para recubrir con pesadas losas las tumbas de sus parientes más cercanos. En las zonas rurales se excavan las tumbas lo más cerca posible de una carretera o camino, para que los brujos, por miedo a las miradas curiosas, no puedan llevar a cabo su nefasta tarea.

En otros casos, la familia del muerto velará la tumba durante noches seguidas hasta convencerse de que el cuerpo está suficientemente descompuesto y ya no le es útil a un bokor. Ocasionalmente, los muertos son enterrados directamente en los patios de las casas de los campesinos.

Los que temen de manera especial a la brujería toman precauciones mucho más extremadas para impedir que sus muertos ingresen en el semimundo brumoso de los zombies. Inyectan veneno en el cuerpo, lo mutilan con un cuchillo, o incluso le disparan para «rematarle». Una precaución menos drástica consiste en colocar en la tumba agujas y carretes de hilo, así como miles de pequeñas semillas de sésamo. La creencia es que el espíritu del muerto estará tan ocupado en la tarea de enhebrar las agujas y contar las semillas, que no oirá la voz que le ordene salir de la tumba. Otra medida consiste en poner un cuchillo en las manos del muerto, para que pueda defenderse.
Una sacerdotiza vudú, con la mirada fija, poseída por un frenesí de carácter místico. Acaba de morder la cabeza de un pollo: su camisa está manchada de sangre.

A veces los brujos controlan enormes grupos de zombies, y en alguna ocasión han llegado al extremo de alquilarlos como trabajadores. Uno de estos casos fue registrado por William Seabrook.

En 1918 la cosecha de azúcar fue extraordinaria. La Hasco (Haitian-American Sugar Corporation, Compañía haitiano-norteamericana del azúcar) ofreció nuevos puestos de trabajo en sus extensas plantaciones. Muy pronto acudieron a las oficinas de empleo de la compañía pequeños grupos de habitantes del poblado, a veces familias enteras. Era costumbre que los habitantes de un mismo poblado trabajasen colectivamente; la persona más representativa recibía la paga de todos, que luego repartía al regresar a casa.

Una mañana, un viejo jefe de poblado llamado Ti Joseph y su esposa Croyance llevaron a las oficinas de la Hasco a un grupo constituido por nueve hombres harapientos y andrajosos. Joseph explicó que se trataba de unos granjeros atrasados e ignorantes procedentes de una remota zona montañosa próxima a la frontera de Haití con la República Dominicana. Sólo hablaban un extraño dialecto rural, y no comprendían ni el criollo ni el francés. A pesar de esta desventaja, añadió, eran excelentes trabajadores, fuertes y sanos.

El responsable laboral de la Hasco contrató al grupo, y aceptó la sugerencia de Joseph de que trabajasen lejos de los demás grupos: el viejo explicó que eran tan primitivos, que en presencia de otras personas se volverían tímidos y se asustarían. Sin embargo, el verdadero motivo para insistir en que el grupo trabajase aislado era el temor de que alguno de ellos fuese reconocido por un familiar o un antiguo amigo: todos los trabajadores de Ti Joseph eran zombies.

Los extraños hombres de Ti Joseph trabajaban diligentemente durante las horas del día, y sólo paraban al atardecer para comer su potaje de mijo sin sal. La tradición vudú sostiene que si un zombie prueba la carne o la sal se vuelve consciente de su verdadera condición y regresa a su verdadero lugar, la tumba, derramando amargas lágrimas.

Un domingo por la mañana Ti Joseph dejó a su mujer Croyance al cuidado de los zombies durante todo el día. Croyance, sorprendentemente, pensó que tal vez les gustaría asistir a una procesión religiosa. Sin embargo, los zombies no se conmovieron ni por el espectáculo ni por nada de lo que ocurría a su alrededor. Mudos y ausentes, continuaron con la mirada fija en el espacio.
En este templo haitiano, el altar está adornado con tambores, espadas y vasijas rituales (objetos utilizados en las ceremonias vudúes), además de imágenes cristianas.

Croyance, apiadándose de ellos, decidió que quizá les gustaría alguna golosina, por lo que compró algunos pastelitos hechos con azúcar moreno, cacahuetes y coriandros, poniendo uno en la boca de cada zombie. Sin embargo, los cacahuetes habían sido sazonados con sal. Al comer la golosina, los zombies se dieron cuenta de que estaban muertos. Con un grito tremendo se levantaron y huyeron del poblado, dirigiéndose hacia la selva en dirección a sus lugares de origen en las montañas.

Cuando por fin llegaron a su destino, fueron reconocidos por los parientes y amigos que les habían enterrado meses atrás. Al llegar al cementerio cada uno de ellos se dirigió a su propia tumba, apartó las piedras y la tierra que la cubrían y se echó dentro, convertido ya en una masa en descomposición. El poder de Ti Joseph, que había evitado que sus cuerpos se descompusiesen, se había desvanecido.

Los habitantes del poblado se vengaron de Ti Joseph. Pagaron a un brujo local para que le maldijera. Pero antes de que la maldición pudiera surtir efecto, algunos hombres le tendieron una emboscada y le cortaron la cabeza. A Seabrook le contó esta historia Constant Polynice, un granjero de Haití que afirmaba no creer en las supersticiones de sus paisanos. Sin embargo, añadió, los zombies sí eran una realidad. Poco después de contar esta historia, le mostró a Seabrook un grupo de tres presuntos zombies. Estaban cavando la tierra con machetes, bajo la supervisión de una mujer joven.

Seabrook miró a la cara a uno de aquellos hombres:

y lo que entonces vi, junto a lo que me habían contado (o quizás a pesar de ello), me produjo un tremendo shock. Lo peor eran los ojos. No eran imaginaciones mías. Eran verdaderamente como los ojos de un hombre muerto: no eran unos ojos ciegos, pero estaban fijos, desenfocados, sin visión. Toda la cara... parecía no sólo sin expresión alguna, sino incluso incapaz de adoptar expresión alguna.

A Seabrook le tranquilizó la idea de que aquellos hombres «no eran más que pobres seres humanos dementes, idiotas, obligados a trabajar en los campos». Sin embargo, su amigo haitiano insistía en que se trataba de zombies. En los años cincuenta, el antropólogo francés Alfred Métraux recogió abundantes pruebas tanto a favor como en contra de la existencia de los zombies. Sin embargo, cuando le mostraron uno decidió que se trataba de un «pobre lunático». Efectivamente, al día siguiente la persona que había visto fue identificada como una enferma mental que se había escapado de la habitación en la que se la mantenía encerrada.
Cuando la periodista Zora Hurston tomó esta fotografía en 1936, la mujer zombie había sido internada en una hospital.
Según el fotógrafo, esta mujer había sido un zombie durante 29 años. Al menos dos personas la habían identificado como pariente suya: Felicia Felix-Mentor que había fallecido en 1907.

Otra escritora, quizá menos crédula que Seabrook en materia del vudú de Haiti, fue Zora Hurston, también americana. Se encontró con una muchacha (a la que fotografió) que al parecer había sido un zombie durante 29 años. En 1907 Felicia Felix-Mentor murió de una repentina enfermedad, y fue enterrada por su esposo y por su hermano. En 1936, una muchacha vestida únicamente con una ligera y raída camisa de algodón, fue hallada vagabundeando por una carretera próxima a la finca del hermano. Al parecer había perdido la facultad del habla. Tanto el padre de Felicia como su hermano reconocieron a la muchacha, muerta años atrás. Una vez en el hospital, cada vez que alguien se aproximaba, la muchacha se encogía temblorosa, como si esperase malos tratos. Fue allí donde Zora Hurston la fotografió y trató de hablarle. Después escribió:

La visión fue tremenda. La cara carecía de expresión, y los ojos estaban muertos. Las pestañas eran de color blanco, como si hubiesen sido quemadas con ácido. No se le podía decir nada, ni obtener nada de ella; sólo podía ser contemplada. Y la contemplación de aquel despojo humano era imposible de soportar durante mucho tiempo.

¿Era posible que el padre y el hermano de Felicia hubiesen podido identificarla con tanta seguridad después de tantos años? ¿Acaso la muchacha no era más que una simple loca errante? La firme creencia de los haitianos en el sentido de que parientes y amigos han sido vistos después de su muerte en forma de zombies, arroja una sombra de duda sobre esta reconfortante teoría.


Extraído de: www.mundoparanormal.com
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Huellas De Fuego: ¿Mensajes Del Purgatorio?

domingo, 23 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[


En 1897, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma, inició una extraña colección: las huellas de fuego dejadas en páginas de libros, ropas o sábanas por almas que han regresado del más allá para «pedir el sufragio de oraciones».

La iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma. En ella se conservan objetos que muestran extrañas marcas de fuego: éstas han sido definidas como «testimonios del más allá».

La iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, situada frente al Tíber, en Roma, constituye una curiosidad en sí misma: es la única construcción de estilo neogótico de la capital. Pequeña, apretada entre altos edificios, es una rareza arquitectónica de la Ciudad Eterna. Pero encierra otras rarezas, además de su aspecto exterior.

Dentro de la iglesia hay algo que quizá sea único en el mundo: en un cuartito contiguo a la iglesia se puede adivinar lo que podríamos llamar «una colección de testimonios del más allá». Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, tablillas y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, todos los cuales muestran signos impresionantes: cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos.

Esta singular colección fue iniciada en 1897. En aquel año, la capilla de la Virgen del Rosario, situada junto a la iglesia, se incendió. Cuando las llamas quedaron extinguidas el párroco de aquella época, Victor Jouet, observó algo extraño en una pared del altar. Quizá había sido una jugarreta del fuego, pero el hecho era que el humo había trazado un dibujo que resultaba, por lo menos, alucinante: parecía un rostro, un rostro de expresión afligida y melancólica.

Jouet llegó a una conclusión muy personal: quizá era un difunto que trataba de comunicarse con los vivos, probablemente un alma en pena, condenada a pasar un período más o menos largo en el purgatorio. El religioso se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.

La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis: en varios casos, almas que se encontraban en el purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.

La documentación relativa a estos hechos increíbles se conserva justamente en el museo anexo a la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, un museo escalofriante que permite revivir, a través de las dramáticas «huellas de fuego» que han persistido de ellas, las sombrías historias que ocurrieron en el. pasado.

Una tablilla que tiene impresa la huella de la palma de una mano. La extraña colección fue iniciada en 1897 por el párroco de la iglesia romana.

Era la noche del 21 de diciembre de 1838. José Stitz estaba leyendo un libro de oraciones cuando, de improviso, se estampó en una de las páginas la huella de una mano. El corazón de Stitz dio un brinco de temor, tanto más porque le pareció sentir una presencia insólita, una ráfaga de viento frío. Después, creyó escuchar una voz: reconoció la de su hermano, muerto hacía poco, que le suplicaba que hiciera rezar unas misas por su alma, para abreviar su estancia en el purgatorio. Stitz se sobresaltó; creyó que se había quedado dormido un momento, pero no era así: lo probaba la palma ennegrecida claramente visible en una página del libro.

También le hermana Margarita del Sagrado Corazón recibió, en la noche del 5 de junio de 1864, una visita de ultratumba. La religiosa estaba acostada; de pronto, su celda se llenó de sombras indistintas y una de éstas se fue concretando, lentamente, hasta hacerse reconocible: era la hermana Maria, muerta poco tiempo antes. La aparición, vestida con el hábito de las clarisas –orden a la que había pertenecido la difunta–, parecía desesperada. Cuando vivía –explicó a la atónita Margarita– había cometido un grave pecado: había deseado ardientemente la muerte, con el objeto de sustraerse a los dolores que le causaba la enfermedad que sufría, y a consecuencia de la cual murió. Por esto, le habían correspondido veinte años de purgatorio. El «fantasma» pidió luego oraciones que apresuraran su paso al paraíso. La hermana Margarita, aunque lógicamente se sentía aterrorizada, creía ser víctima de una alucinación. Y, para convencerla, la aparición quiso dejar un signo tangible de su presencia y tocó con un dedo de fuego la funda de su almohada.

Junto a este documento, se encuentra en la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio otro testimonio ultraterreno. Fue dejado, el 1 de noviembre de 1731, por el padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua. Su venida a este mundo para pedir la intercesión de los vivos se estampó sobre la túnica de la venerable madre Isabella Fornari, abadesa de las clarisas de Todi, con dos huellas, la segunda de las cuales quemó el hábito y la camisa de la religiosa. El padre Panzini dejó además otros «signos» en hojas de papel y en una mesilla de madera en la que hasta quedó impresa una cruz.

La huella de una mano y de una cruz, dejadas, según las hipótesis que se barajaron en la época, por almas que permanecían en el purgatorio y se presentaban a los vivos para pedir oraciones que aceleraran su paso al paraíso.

La lista podría continuar largamente, pero bastará con recordar aquí otra historia vinculada a una huella de fuego. Se remonta a 1814. Una noche de ese año Margarita Demmerlé, de Metz (Francia), recibió la visita de la madre de su marido: «Soy tu suegra, muerta de parto hace treinta años –dijo el fantasma–. Haz una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Marienthal por mí.» La nuera obedeció, y cuando hubo realizado la peregrinación, la difunta reapareció. Después de agradecerle su bondad le dijo que, finalmente, estaba a punto de ascender al paraíso y le dejó un «recuerdo»: una huella de fuego en el vestido que llevaba.

¿Qué decir a propósito de este insólito «museo del más allá»? Quizá convenga subrayar, en primer lugar, que los episodios ocurrieron en épocas pasadas, cuando la gente quizá estuviera más dispuesta a aceptar la posibilidad de estas «visitas». Hay que observar, además, que estas extrañas apariciones siempre tuvieron lugar por la noche, en las horas que se han revelado como más idóneas para que se produzcan fenómenos de alucinación y sugestión.

Agreguemos, finalmente, que algunas de estas historias tienen como protagonistas, ya a religiosos, ya a creyentes fervientes, como José Stitz, que estaba leyendo un libro de oraciones cuando se le apareció su difunto hermano.

De modo que bien podríamos imaginar que estas personas –que, por otra parte, es posible que estuvieran adormiladas, o en esa especie de ligero trance que tanto se parece al duermevela– hayan provocado ellas mismas esos fenómenos psicokinéticos. En ese caso, los «fantasmas» y sus «huellas de fuego» podrían haber sido creados por sus mentes que, fuertemente impresionadas por su presunto contacto con el más allá, habrían originado acontecimientos PK.

Huella en las páginas de un libro. Todos los episodios que se conocen tuvieron lugar por la noche; por lo tanto, se podrían explicar racionalmente como fenómenos psicokinéticos.

¿Será esta una explicación demasiado racionalista? No deja de ser extraño que ni siquiera quienes creen en la realidad del espiritismo hagan figurar con seguridad «las huellas de fuego» entre los fenómenos que dan fe de una comunicación entre este y «el otro mundo». Hechos de este tipo suceden muy pocas veces en el curso de sesiones mediúmnicas. El estudioso alemán Hartmann informó acerca de uno, ocurrido en presencia de la médium Elisabetta Esslinger:

En el transcurso de una sesión, la mujer, antes de estrechar la mano a una presunta «pobre alma», liberada por medio de sus asiduas plegarias, se envolvió la mano con un pañuelo. Fue una protección utilísima, porque el apretón hizo saltar chispas que dejaron sobre la tela trazas de quemaduras en forma de mano.

Por otro lado, en un opúsculo editado por los misioneros del Sagrado Corazón se puede leer:

La Iglesia condena el espiritismo, considerado una creencia susceptible de evocar con prácticas mediúmnicas el espíritu de los difuntos. Pero el museo recoge solamente huellas causadas por almas que volvieron espontáneamente, para pedir sufragios de plegarias o buenas obras.

Las «huellas de fuego» se hallan, por lo tanto, estrechamente ligadas a un problema de fe. Misteriosas, enigmáticas, constituyen un desafío inquietante para el hombre del año 2000 que, evidentemente, es ya incapaz de sumergirse en una atmósfera que haga posibles fenómenos de este tipo.

Extraído de www.mundoparanormal.com
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Ovnis en Buenos Aires, Argentina

sábado, 22 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[


¿Qué les parecen estas imágenes?
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sai Baba

viernes, 21 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[

Sathya Sai Baba (nacido Sathyanarayana Raju el 23 de noviembre de 1926, con el apellido de "Ratnakara") es un gurú del sur de la India, el líder religioso, orador y filósofo a menudo descrito como un avatar y un milagro en marcha.

Según la organización Sathya Sai , se estima que hay 1200 Centros Sai Baba en los 130 países en todo el mundo. El número de devotos de Sathya Sai Baba se estima en torno a los 6 millones, con una cantidad de seguidores al rededor del mundo de "50 a 100 millones" . Sus devotos creen fielmente que él es el Avatar (de Dios) y la reencarnación del santo musulmán, hindú Sai Baba de Shirdi.

Según su biografía oficial, desde pequeño mostró unas especiales cualidades de liderazgo espiritual; de tal modo que, a los 14 años, el 20 de octubre de 1940, decidió ser conocido como Sai Baba y predicar la regeneración espiritual de la humanidad, basándose en los principios de verdad, rectitud, paz, no violencia y amor divino.

El 23 de noviembre de 1950 se inauguró el ashram que sus seguidores construyeron cerca de su pueblo natal y que es conocido como Prashanti Nilayam (La Morada de la Paz Suprema). Este centro se ha convertido en un lugar de peregrinación y culto para los seguidores de Sai Baba y es el lugar donde Sathya Sai Baba se reúne habitualmente con sus devotos.

Los Centros Sai repartidos por el mundo son lugares de meditación donde las personas aprenden a profundizar en su propia fe. Algunas de sus funciones son el servicio desinteresado al prójimo, los círculos de estudio, la meditación y la educación en valores humanos. Sus miembros provienen de todas las clases sociales y pertenecen a diversos credos y culturas. Estos Centros Sai han sido con frecuencia el motor de la fundación de colegios, escuelas técnicas, universidades y hospitales. El emblema de los Centros Sai representa simbólicamente los valores humanos de verdad, rectitud, paz, no violencia y amor divino.

Los seguidores de Sai Baba creen que tiene poderes sin límite que trascienden la experiencia mundana y científica, por lo que está más allá de la comprensión humana. En la tradición antigua de la India, hay una palabra para describirlo: "Avatar", que significa una manifestación directa de la Gracia Divina. Además, consideran que con sus enseñanzas logran ser mejores personas, tolerantes de cualquier credo y manifestación divina, ya que su principal enseñanza es poder ver a Dios en todas las cosas y en todos los seres.

Pese a que Sai Baba es considerado un avatar, sus enseñanzas, según afirman sus seguidores, no incluyen la creación de una nueva religión, secta o culto.

En un tríptico de la Organización Sri Sathya Sai puede leerse:

Yo he venido a encender la lámpara del Amor en sus corazones, para hacer que cada día ilumine con renovado brillo. Yo no he venido en nombre de ninguna religión. Yo no he venido en ninguna misión de publicidad para ninguna secta, credo o causa; ni he venido a reclutar seguidores para ninguna doctrina. Yo no tengo planes de atraer discípulos ni devotos a mi causa o a ninguna causa. Yo he venido a hablarles de esta Fe unitaria, de este principio espiritual, de este camino de Amor, de esta virtud de Amor, de este deber de Amor, de esta obligación de Amar. Sri Sathya Sai Baba

*Información extraida de wikipedia.

Ovnis en la biblia

miércoles, 19 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[


¿Hay alguna base que nos permita hablar sobre ovnis en la biblia realmente?
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Los niños azules

lunes, 17 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[
Nuevos Seres de Luz están poblando la Tierra con un alto potencial intelectual y una nueva conciencia interna. Estos niños vienen con la misión de romper los antiguos esquemas sociales que atan a la humanidad para lograr mediante la transformación de la humanidad abolir la infelicidad en la Tierra.

Desgraciadamente, este tema aunque no es nuevo, permanece todavía oculto ante los ojos de la generalidad de la gente. Nosotros creemos que es necesario conocer la esencia de estos niños, para estar a la altura de las circunstancias y no obstaculizar su proceso de evolución y el cumplimiento de su misión. Como padres, guías y maestros, podemos colaborar en esta bellísima labor.

Al tratar con niños de una nueva conciencia, los adultos nos veremos obligados a cambiar los antiguos patrones educacionales para darles a nuestros niños la libertad de expresión y de acción que mueve su alma, su esencia y su corazón.

Extraido de http://www.formarse.com.ar/articulos/ninos_indigo.htm
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Ovni en Beijing-China

miércoles, 12 de diciembre de 2007 by ]: Back Man :[


Sorprendente no se lo puede negar.
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LOs ovnis más conocidos

miércoles, 28 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[


En esta oportunidad les presento al Ovni del comercial del COncord al de las torres gemelas espero los entretenga
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Fantasmas en el quirofano

lunes, 26 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[


Bueno ustedes que opinan, creo que puede ser falsa, bueno realmente quien sabe?
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Ovnis ¿De otras dimensiones?

domingo, 25 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[
Hay ovnis de todas las formas y tamaños. Aparecen y desaparecen bruscamente; aparentan ser objetos materiales aunque de improviso se convierten en objetos plasmoides o gaseosos; a veces son captables en fotografías y otras no; llegan a ser vistos por unos testigos mientras que otros no llegan a percibirlos; hay ocasiones en que se dejan ver mientras que en otras se muestran huidizos; suele existir una comunicación telepática entre los "ufonautas" -que también son de aspectos heterogéneos- y los testigos; en ciertos casos, tales "entidades" atraviesan puertas y paredes sin ningún problema, etc. Un atributo que nos recuerda, curiosamente, a los ectoplasmas, fantasmas y otras supuestas "entidades' incorpóreas. 'Puesto que los avistamientos y los raptos tienen tantas similitudes con los encuentros con demonios, ángeles, duendes, hadas, brujas y otros fenómenos, el investigador debe familiarizarse con el folklore tradicional', sugiere el especialista Peter M. Rojcewicz.
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Video de extraterrestre en vivo

sábado, 24 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[


Francamente debido a la mala calidad de imagen en el video posiblemente creo que se trate de una farsa.
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Cadaver extraterrestre

viernes, 23 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[




El cadáver fue encontrado en la localidad rusa de Kashtim, en la región de los Urales; actualmente es retenido por el servicio especial de ese país.
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¿Cara en las torres gemelas?

jueves, 22 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[



Podría ser coincidencia que se formara esta cara en las torres gemelas, bueno a mi parecer es una foto trucada.............miren el humo de esa cra es de otro color
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Pisadas en los techos

miércoles, 21 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[
Nunca han escuchado pisadas en sus techos? que puede ser? Algunos dicen que son duendes otros que simplemente la casa se está asentando, ¿Pero las casas realmente se asientan con un sonido como si alguien estuviese jugando con canicas en el techo?

Bueno si tienes información sobre este tema no dude en comentarlo o en comunicarte conmigo para agregarlo al blog>>jmda12@gmail.com
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Pequeño videito

martes, 20 de noviembre de 2007 by ]: Back Man :[


Espero que este pequeño videito nos ayude a comentar vamos animence.........¿es real?
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Ovnis en Lima

by ]: Back Man :[



Recuerdan el reportaje sobre ovnis hace pocos meses? bueno aca lo tenemos por si ya no recordaban.................Cortinas de humo para encubrir noticias reales dicen algunos, otros simplemente dicen que es sensacionalismo periodistico, pero nadie puede estar seguro sobre que es lo que realmente se ve......
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Presentación

by ]: Back Man :[
¿Quién no se ha preguntado alguna vez sobre vida en otros mundos?¿Quién no ha visto desvanecerse cosas frente a sus ojos aunquesea alguna vez?¿Existen personas de otras dimensiones que conviven entre nosotros?..... Averiguémoslo............
Para cualquier aporte a la página porfavor escríbanme a jmda12@gmail.com y encantado postearé su comentario.
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