Los primeros reportes de poltergeists datan de la antigua Roma. Otros documentos los sitúan en la Edad Media, en China y Alemania, y su descripción es casi idéntica a la actual: Se manifestaban arrojando tierra, haciendo volar objetos por los aires, generando algunos aromas extraños y desagradables, ruidos estruendosos, luces inexplicables y apariciones fantasmales. Los estudiosos de estos fenómenos (no me atrevo a llamarlos “científicos”) dicen que la actividad de los poltergeists suele tener un inicio abrupto, y que el incidente puede durar algunas horas e, incluso, años.
A las personas que incitan la actividad de los poltergeists se les llaman “agentes”, y suelen ser mujeres cuya edad se encuentra alrededor de los 20 años y que, por lo general, ignoran que son ellas quienes dirigen involuntariamente la energía del poltergeist.
Aunque aún no se sabe mucho sobre la forma en que trabaja la energía de los poltergeists, algunos dicen que hay una relación clara entre dichos fenómenos y personas con pobre salud física o mental. Los agentes pueden tener problemas relacionados con ansiedad, ira, obsesiones, fobias y esquizofrenia. En algunos casos la ayuda psicológica suele liberar la tensión emocional de la que se alimenta el poltergeist y éste desaparece.
Los poltergeists y los fantasmas puede ser difíciles de diferenciar, ya que en ambos casos hay fenómenos semejantes. Sin embargo, hay algunas pistas útiles para hacer el “diagnóstico diferencial”:
Fantasmas: Son espíritus de personas fallecidas y, generalmente, aparecen en ciertos lugares y en determinados momentos.
Poltergeist: No suelen ser espíritus. La mayor parte de los “expertos” dicen que están formados de la energía psicoquinética procedente de una persona, aunque ésta no lo sepa. En ciertos casos, la actividad de los poltergeists ha sido asociada a demonios.
Fantasmas: Las actividades son continuas en el tiempo y se concentran en un área.
Poltergeist: Las actividades se incrementan durante un determinado periodo de tiempo, llegan a un clímax y pueden desaparecer o reiniciar. Además, no hay límites físicos para la manifestación de un poltergeist. Puede viajar con el agente a donde quiera que éste vaya.
Fantasmas: No son violentos por naturaleza.
Poltergeist: En el clímax de cada ciclo, los poltergeists se vuelven peligrosos y pueden inflingir daño físico o mental.
Los expertos recomiendan que ante la actividad de los poltergeists, es buena idea pedir ayuda de un sacerdote e, incluso, solicitar un exorcismos. Si la actividad del poltergeist está asociada a un objeto, hay que deshacerse de él inmediatamente. No tiene caso huir ya que, como se mencionó, el poltergeist puede viajar con sus víctimas.